viernes, 16 de septiembre de 2011

Cuando Cuba construye


Quizás usted que me lee, abre una pila de agua en este instante para enjuagarse las manos del cemento de toda la mañana y así poder maniobrar con el mouse. Puede que sus domingos adquiriesen un significado opuesto por completo al descanso desde que su hijo se mudó para la casa con la novia embarazada, o a partir del momento en que se percataron de que el remiendito a las tejas no va a impedir las mil y una filtraciones, y fue hora de llenar de voluntad los corazones y vaciar los bolsillos, para emprender la tan temida e imprescindible construcción.

Sí, porque ya sea la placa de una casa de 3 cuartos o arreglarle un detallito al lavamanos, estas obras tienen una característica común: ensucian tanto que logran ponerle los nervios de punta a la mujer de la casa, ya sabe, la que acarrea la responsabilidad de limpiar, prepararle merienda a los albañiles y de hacerse la de oídos sordos cada vez que le pasa por el lado al jefe de la obra, que le regala sudado y sin timidez alguna un piropo descarado. Pero bueno, son tiempos de construcción, y ya mañana vendrá un día mejor.

Detrás de cada pared que se levanta, de cada cola en las tiendas para comprar un saco de cemento, hay una historia que va más allá del deseo de tener una linda casa o de la urgencia de arreglar el techo de la cocina, que te cae en la cabeza cuando menos imagines. Formar una familia, tener tu espacio para hacer y deshacer según tus leyes, que tus hijos tengan su cuarto para que las paredes retumben con el reguetón o Sabina sin que le provoques migrañas a tu pobre suegra…todo ello se persigue al poner el primer ladrillo. Pero a la vez que vemos elevarse poco a poco una meseta o lo que parece un futuro cantero para sembrar rosas, vamos creciendo por dentro, y de pronto nos vemos frente a aquellos sueños que parecen lejanos en miles de años y que hoy están aquí, con la forma de un tosco cucharetazo de mezcla.

Un día jugamos a las casitas, y tuvimos un rinconcito de la sala lleno de platos, un fogón rosado con estrellitas, una muñeca sin piernas como invitada para el almuerzo, y éramos felices en ese papel de anfitriones, porque así veíamos a los adultos cuando llegaba un amigo querido de visita. Después, la idea de vivir sola me aterrorizaba, pues pensar que se me estropearía fregando la pintura de uñas no iba con mis planes, y de verdad, que proyecté toda una vida junto a mami y papi. Pero cada año que pasaba sentó las bases de mi futuro. El premier bloque fue la decisión de estudiar en la universidad, de erigirme un porvenir. Después conoces a la persona indicada y allí mismo crecen hasta convertirse en rascacielos las aspiraciones para una existencia feliz, y si de pronto llega la inmensa emoción y responsabilidad de convertirte en madre, entonces sí que deben ser seguros los cimientos y las vigas que te sostienen. Pero detrás de esos momentos quedan toneladas de esfuerzo, vagones y vagones de estudio y apoyo y la satisfacción de que el nivel de tu vida muestra que se superaron los declives y estás listo para crecer mientras existan retos.

Hoy puede ser un buen día para comenzar a construir lo que quieres ser o hacer, y no te desanimes ante el primer embarro o la falta de algún material indispensable para seguir adelante, que todo depende de la voluntad, y claro, de un poquito de suerte. Ya sea que tu sueño es estilo barbacoa o residencia de novela, sigue adelante y puede que te sorprendas cuando lo tengas en las narices. Recuerde conectarse siempre que tenga un momento libre y desee embadurnarse del cubaneo, pues ya sea para hablar de cemento, cultura o amor, estaré aquí para descubrirnos con la imagen de la palabra.

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